Uno de los principales errores que cometen los diseñadores gráficos es que descuidan los textos, dañando su creación de manera grave. Por ello, es fundamental que todo profesional conozca estas 17 reglas para evitar equivocaciones innecesarias:
- Conocer la personalidad de la fuente: hay que considerar el público al que te diriges y el propósito original del proyecto para luego proceder a seleccionar una fuente que se ajuste.
- Evitar las fuentes predeterminadas: evitar a toda costa utilizar tipografías como Times New Roman y Calibri. Han sido empleadas demasiadas veces y hace que cualquier texto pierda personalidad.
- Alejarse de los clichés y de las horteradas: no limitarse al catálogo de fuentes que vienen por defecto en los programas.
- Utilizar dos fuentes: los diseños se ven mucho más profesionales si se usan dos tipos de fuentes: una para el título y otro para el texto.
- Utilizar fuentes que contrasten: si se usan dos tipos de fuentes distintas, no sirve de nada si estas se parecen demasiado.
- Presta atención al tamaño: hay que saber cómo y cuándo se debe cambiar el tamaño de la fuente. Por ejemplo, si los títulos tienen un tamaño de 12 puntos, el párrafo debería tener uno de 10.
- Evita las mayúsculas sostenidas: escribir todo en mayúsculas hace que la lectura sea tediosa y se tenga la falsa sensación de que nos están gritando.
- Cuidado con los colores inversos: evitar colocar un texto claro sobre un fondo oscuro y viceversa, salvo que se utilicen colores de muy alto contraste.
- Longitud de líneas o subrayado: el subrayado excesivo puede ser tan molesto como las mayúsculas sostenidas y dificulta muchísimo la lectura.
- Ajustar el interlineado: la gran mayoría de las fuentes han sido diseñadas con un interlineado un tanto superior a su tamaño.
- Legibilidad: el texto debe ser de fácil lectura. El objetivo es conseguir un nivel óptimo de redacción que esté adaptado al target. La funcionalidad siempre debe estar por encima del diseño.
- Usar correctamente las versalitas: al igual que todas las mayúsculas tienen un problema de legibilidad si se utilizan demasiado.
- Evitar los saltos de línea: emplear guiones para los saltos de línea se ve definitivamente mal. Al eliminar los guiones se elimina gran parte del ruido visual.
- Evitar las huérfanas: las palabras huérfanas pueden arruinar un diseño. Lo más sensato es reformular las frases que integran el párrafo y justificarlo de nuevo.
- Resaltar de manera correcta: el exceso de negrillas y de itálicas es un pecado mortal.
- Jugar con la línea base: hay tipografías cuyos números están más arriba de la línea imaginaria donde se asienta el texto. Jugar con esto siempre es positivo.
- Usar signos de puntuación: un diseñador no debe descuidar la ortografía y la redacción. Primero porque cualquier error le resta profesionalidad y segundo porque incluso una coma mal utilizada puede cambiar el sentido de la oración.